Los ciberataques son una de las amenazas financieras más importantes a las que se enfrentan las empresas hoy en día. Desde pérdidas financieras directas hasta sanciones legales y daños a la reputación, una sola violación puede costar millones. Según el informe IBM Cost of a Data Breach Report 2023 (IBM), la filtración de datos media a nivel mundial cuesta actualmente 4,45 millones de dólares, lo que pone de manifiesto la urgente necesidad de adoptar medidas de ciberseguridad sólidas.
Las empresas que no invierten en formación sobre ciberseguridad y en medidas preventivas corren el riesgo de sufrir pérdidas económicas devastadoras. Analicemos los costes reales de los ciberataques y cómo pueden protegerse las empresas.

Costes inmediatos de un ciberataque
- Pagos de rescate: los ataques de ransomware exigen pagos a cambio de los datos robados o cifrados. En 2023, el pago medio por rescate superó los 1,54 millones de dólares (Sophos).
- Respuesta a incidentes y recuperación de sistemas - Recuperarse de un ciberataque suele implicar investigaciones forenses, reparaciones de sistemas y restauración de datos, lo que cuesta tiempo y dinero a las empresas.
- Pérdida de productividad: durante un ataque, es posible que los empleados no puedan acceder a sistemas clave, lo que paralizaría las operaciones y provocaría importantes pérdidas de ingresos.

Riesgos financieros ocultos: Daños a la reputación y la confianza
Más allá de los costes financieros directos, un ciberataque puede causar daños a la reputación a largo plazo, afectando a la confianza de los clientes y al valor de mercado.
- Fuga de clientes - Un estudio de Centrify reveló que el 65% de los consumidores pierden la confianza en una empresa tras una filtración de datos, lo que provoca la fuga de clientes.
- Pérdida de relaciones comerciales: los proveedores y socios pueden reconsiderar sus relaciones si una empresa no protege los datos confidenciales.
- Disminución del valor de mercado - Las empresas que cotizan en bolsa a menudo ven caer el precio de sus acciones tras los incidentes cibernéticos, y algunas nunca se recuperan del todo.
Por ejemplo, cuando Equifax sufrió una filtración de datos en 2017, exponiendo los datos personales de 147 millones de personas, el precio de sus acciones cayó más de un 30%, acabando con miles de millones en valor de mercado (CNBC).

Multas, infracciones y demandas judiciales
Un ciberataque también puede acarrear sanciones reglamentarias y gastos legales. Las empresas que operan en sectores regulados, como el financiero, el sanitario o el minorista, se enfrentan a cuantiosas multas si no protegen los datos de sus clientes.
- Multas del RGPD - En virtud del RGPD, las empresas pueden ser multadas con hasta 20 millones de euros o el 4% de su facturación anual por incumplimiento (European Data Protection Board).
- Demandas e indemnizaciones: las empresas pueden enfrentarse a demandas colectivas de clientes o empleados cuyos datos hayan quedado expuestos.
- Auditorías e investigaciones reglamentarias: tras un ataque, las empresas pueden verse obligadas a someterse a costosas auditorías y revisiones de seguridad.
Un ejemplo destacado es el de British Airways, que fue multada con 20 millones de libras por la Oficina del Comisionado de Información del Reino Unido (ICO) después de que un ciberataque expusiera los datos personales de más de 400.000 clientes (BBC News).

Cómo afectan los ciberataques a la continuidad de las empresas
Un ciberataque puede interrumpir las operaciones diarias, provocando tiempos de inactividad que se traducen en importantes pérdidas de ingresos.
- Interrupciones por ransomware - Ataques como WannaCry y NotPetya cerraron empresas durante días o semanas, lo que se tradujo en pérdidas millonarias de ingresos.
- Interrupciones de la cadena de suministro: las empresas que dependen de proveedores externos pueden sufrir retrasos en la producción y la prestación de servicios debido a incidentes cibernéticos.
- Cierres operativos - En casos graves, las empresas se han visto obligadas a cesar por completo sus operaciones, lo que ha provocado un cierre permanente.
Por ejemplo, Maersk, el gigante mundial del transporte marítimo, sufrió un ciberataque NotPetya en 2017, causando 300 millones de dólares en pérdidas y semanas de inactividad operativa (Wired).

Cómo pueden las empresas reducir los riesgos financieros de los ciberataques
Invertir en formación sobre ciberseguridad es una de las formas más rentables de reducir el riesgo de ciberataques. Educar a los empleados sobre estafas de phishing, seguridad de contraseñas y tácticas de ingeniería social puede prevenir las brechas antes de que ocurran.
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