Las mejores prácticas de ciberseguridad se han vuelto esenciales, ya que la ciberdelincuencia supone un problema importante para las organizaciones de todo el mundo. Las filtraciones de datos siguen dominando los titulares, y la pandemia de coronavirus ha puesto de relieve la urgente necesidad de mejorar las medidas de seguridad para defenderse de las amenazas en evolución.
La importancia de las prácticas de ciberseguridad para las PYMEs
Las organizaciones pequeñas y medianas son cada vez más atacadas y están demostrando ser un objetivo muy atractivo para los ciberdelincuentes. De hecho, según el informe Global State of Security, el 66% de estas organizaciones han sufrido una brecha en los últimos 12 meses.
Por lo general, estas organizaciones no tienen el mismo presupuesto ni los mismos recursos asignados a la ciberseguridad que las organizaciones más grandes, lo que las hace vulnerables a los ataques.
A medida que las ciberamenazas se vuelven más selectivas, las organizaciones deben ser más proactivas en su enfoque de la ciberseguridad e invertir en las áreas de su negocio que más necesitan ser protegidas.
Para ayudarle a establecer qué áreas deben ser prioritarias, hemos elaborado una lista de seis mejores prácticas de ciberseguridad.
6 mejores best practices de cyber security
1. Parcheo regular
La gestión de parches debe ser una parte clave de su estrategia de ciberseguridad. Continuamente se descubren nuevas vulnerabilidades y, a menos que se apliquen los parches, los piratas informáticos las explotarán para acceder a su red.
Un parche es esencialmente una pieza de código que se instala en un programa de software existente para corregir un problema o mejorar la estabilidad general de una aplicación. Es esencial para mantener las máquinas actualizadas, estables y a salvo del malware y otras amenazas.
Se calcula que los parches evitan hasta el 85% de los ciberataques, por lo que es vital que su organización aplique estos parches en cuanto estén disponibles. No hacerlo podría ser catastrófico para su empresa.
2. Autenticación de dos factores (2FA)
La autenticación de dos factores proporciona una capa adicional de seguridad que puede marcar la diferencia entre un intento de hackeo y una violación de datos que paralice el negocio.
Además de un nombre de usuario y una contraseña, la autenticación de dos factores requiere un segundo dato para confirmar la identidad del usuario. Puede ser un pin, un código, un token o incluso datos biométricos como una huella dactilar.
Es una de las formas más sencillas de mantener la información sensible de la empresa privada y segura contra la interceptación. Puede ser para iniciar una sesión, restablecer una contraseña o proporcionar un proceso de autenticación más fuerte para la protección de datos sensibles como la información financiera o de identificación personal.
Con un número cada vez mayor de empleados que trabajan a distancia, la autenticación de dos factores les permite acceder a los datos de la empresa sin poner en peligro las redes corporativas.
3. Formación de seguridad de alta calidad para los empleados
El 90% de los ciberataques se deben a información facilitada sin saberlo por los empleados. A medida que las redes se vuelven más difíciles de violar, los hackers se centran cada vez más en el personal, ya que es la forma más fácil de infiltrarse en una red.
Una formación eficaz de concienciación sobre la cyberseguridad es esencial para formar a los empleados sobre cómo identificar y responder adecuadamente a la creciente gama de amenazas a la ciberseguridad. Todos los empleados, en todos los niveles de la organización, deben recibir esta formación para asegurarse de que están armados con las habilidades necesarias para identificar un ataque.
La formación no sólo educará al personal sobre la gama de amenazas a las que se enfrentan internamente, sino que también cubrirá los riesgos de ciberseguridad a los que se enfrentan cuando trabajan a distancia. El trabajo a distancia se ha convertido en la norma, pero puede suponer un grave riesgo de seguridad que puede dejar la red, los sistemas y los dispositivos informáticos de su organización muy vulnerables a los ataques. Los ciberdelincuentes se aprovecharán de cualquier fallo de seguridad y la crisis actual les proporciona muchos puntos débiles atractivos que explotar.
4. Solución fiable de copia de seguridad externa
Los ataques contra las empresas casi se han duplicado en los últimos cinco años, por lo que las organizaciones deben ser capaces de reaccionar con rapidez y eficacia ante cualquier incidente de seguridad que pueda surgir.
Una de las mejores maneras de proteger su organización y asegurarse de que está equipada para hacer frente a la creciente gama de amenazas de ciberseguridad es utilizar los servicios de un Centro de Operaciones de Seguridad (SOC) externalizado.
Un SOC está dirigido por un equipo dedicado de profesionales de la seguridad que trabajan para supervisar las operaciones de seguridad de una organización para prevenir, detectar y responder a cualquier amenaza potencial. Por lo general, realizan un seguimiento de las amenazas a la seguridad, incluidas las notificaciones de amenazas potenciales a través de herramientas, empleados, socios y fuentes externas. A continuación, el equipo de seguridad investigará las amenazas y, si se considera que se trata de un incidente de seguridad, lo gestionará con rapidez y eficacia.
Si no dispone de recursos para un equipo de seguridad interno, un SOC externalizado le proporcionará los conocimientos, la experiencia y las tecnologías que pueden proteger a su organización contra la creciente gama de amenazas de ciberseguridad.
5. Identificar los activos de información y las actividades de procesamiento de datos
Para desarrollar una estrategia global de ciberseguridad e identificar eficazmente los riesgos, su organización tendrá que completar una auditoría exhaustiva de sus activos de información y actividades de procesamiento de datos.
Esto ayudará a determinar cuáles son sus activos de información más valiosos, dónde se encuentran y quién tiene acceso. Una vez que se hayan identificado estas áreas, podrá centrarse en la forma en que cada activo de información podría estar en peligro. Tanto si se trata de una brecha en el sistema, como de malware o incluso de una amenaza interna, se pueden tomar medidas para mejorar estos procesos y reducir la posibilidad de que un ciberdelincuente acceda a los sistemas críticos.
Las auditorías periódicas de las actividades de tratamiento de datos ayudarán a salvaguardar los datos y a reducir los riesgos de la organización.
6. Crear un plan de respuesta a incidentes
A medida que aumenta el número de ciberataques y violaciones de datos, es inevitable que su organización sufra un incidente de seguridad en algún momento.
Para hacer frente con eficacia a cualquier incidente que pueda surgir, es importante contar con una estructura de notificación que permita al personal identificar y notificar los incidentes en el momento oportuno. La capacidad de notificación abordará toda la gama de incidentes que puedan producirse y establecerá las respuestas adecuadas. La política, los procesos y los planes de apoyo deben basarse en el riesgo y cubrir cualquier requisito reglamentario de notificación.
El establecimiento de un plan de respuesta a incidentes ayudará a formar e informar al personal, a mejorar las estructuras organizativas, a mejorar la confianza de los clientes y las partes interesadas y a reducir cualquier posible impacto financiero tras un incidente grave.
Más información: Cómo redactar un plan eficaz de respuesta a incidentes