El quishing es un ataque de phishing que utiliza códigos QR para engañar a las personas y hacer que visiten sitios web dañinos o descarguen programas maliciosos. Los ciberdelincuentes aprovechan la versatilidad de los códigos QR, que pueden contener enlaces, documentos o portales de pago, para engañar a las personas.
Durante la pandemia de Covid-19, un pequeño cuadrado en blanco y negro se estableció firmemente entre los selfies de las vacunas y los toques de queda: el código QR. No mucho antes se le había dado por muerto y apenas merecía la pena echar mano del smartphone, pero ahora se ha convertido rápidamente en una especie de herramienta multiusos. Pruebas rápidas, aplicaciones de alerta, certificados de vacunación, billetes de tren, pagos sin contacto... o en pocas palabras: la puerta de entrada a la vida normal. Es bien sabido que no hay luz sin sombra. Por eso, el potencial de peligro que encierra esta discreta cajita es aterrador.
Quishing: el calamitoso regreso del código QR
QR son las siglas de "quick response code" (código de respuesta rápida) Un código de barras bidimensional, parece el resultado natural y orgánico de nuestro deseo de acceder a todo de la forma más rápida y sencilla posible, con todo a un solo escaneo de distancia. Permite la transferencia inmediata de grandes cantidades de información. Tanto su facilidad de uso como la pandemia actuaron como catalizadores de un nuevo tipo de ataque de phishing: el llamado quishing, término que combina "QR" y "phishing".
En los ataques de phishing tradicionales, los ciberdelincuentes utilizan correos electrónicos, mensajes instantáneos o sitios web dudosos para pescar contraseñas y otros datos personales.
En el caso de los ataques de quishing, los delincuentes se aprovechan de las características mencionadas de los códigos QR para ocultar información engañosa tras los cuadros en blanco y negro. Los correos electrónicos de quishing suelen diseñarse con mucho cuidado, incluso podría decirse que con cariño. Están hechos para parecer auténticos. Al parecer, ya no está de moda entre los ciberdelincuentes intentar cortejar a las víctimas potenciales con la noticia de una herencia multimillonaria. A pesar de que algunos de los posibles receptores disfrutarían sin duda de un viaje imaginario a una residencia de verano de ensueño en Saint-Tropez, especialmente durante los oscuros meses de invierno.
Los ciberdelincuentes de hoy prefieren un enfoque sutil. Se centran en las debilidades del espíritu humano. La sensación de tortura insoportable cuando hay que realizar trámites engorrosos. Por eso amenazan con cerrar una cuenta bancaria o la cuenta de usuario de una tienda online favorita.
Concepción sin contacto seguida de la caída
Los mecanismos de seguridad convencionales sólo escanean los archivos adjuntos estándar y las URL. Sin embargo, estas medidas tienden a fallar con los códigos QR. Entre los esquemas más populares se encuentran las solicitudes para aceptar una política de datos actualizada o los avisos para establecer un nuevo procedimiento de seguridad. Y, por supuesto, todo ello se hace de forma sencilla y cómoda escaneando un código QR. La caja de herramientas de los delincuentes contiene incluso documentos importantes, que pueden descargarse sin esfuerzo a través de un código QR.
Es comprensible que los destinatarios quieran deshacerse cuanto antes de esta desagradable mezcla de emociones: la impresión de verse obligados a actuar, combinada con el deseo de dedicarse ahora mismo a cosas más agradables. Pero, ¿a quién no le gusta saborear la sensación de productividad después de haberse ocupado de ese molesto asunto bancario? Escanear el código es cuestión de segundos, a menudo con consecuencias desastrosas. A diferencia del caso de Santa María, esta concepción sin contacto puede convertirse en pecado.
Morenas al acecho de datos
Los que acceden a las peticiones engañosas se encuentran con sitios web falsificados, confeccionados con minuciosa atención al detalle. Al fin y al cabo, la cabecera debe lucir exactamente el mismo tono de azul real que el logotipo del Volksbank que fue robado del sitio web original. Se emplean diversas técnicas para disfrazar los enlaces maliciosos y eludir los mensajes de advertencia. Un método habitual consiste en utilizar indebidamente sistemas de gestión de contenidos como WordPress y sus plugins. Ocultos tras páginas de aterrizaje falsas, atraen a las víctimas potenciales a su trampa. También se han registrado casos de ciberdelincuentes que utilizan el servidor proxy de feeds de Google "FeedBurner" para redireccionar. Otra práctica común es el uso de un dominio personalizado para el proceso de redirección, así como el propio sitio de phishing. El peligro es inminente, aunque los sistemas de defensa contra malware no den la alarma.
Una vez creado el engaño perfecto, los ciberdelincuentes sólo quieren una cosa: datos personales. Como una morena al acecho en su cueva, a la espera de hacerse con nombres de usuario y contraseñas. Demasiados destinatarios olvidan todas las precauciones cuando su jornada laboral toca a su fin, con una puesta de sol llamándoles desde la terraza. Pasan por alto la letra adicional en la URL, y sólo unos segundos después, sus datos han sido introducidos en la interfaz de registro de aspecto engañosamente realista. Las URL de phishing dirigidas a los clientes de la Sparkasse suelen empezar por "spk-", mientras que "vr-" es un prefijo común para los sitios falsificados del Volksbank.
En entornos profesionales, existe un riesgo especial cuando los smartphones privados eluden los mecanismos de seguridad internos de una empresa. El quishing es ideal para este fin. Una vez escaneado el peligroso código, el contenido malicioso se infiltra secretamente en el dispositivo móvil. Desde allí, llega rápidamente a las bandejas de entrada del correo electrónico, los datos de contacto o los documentos que se gestionan a través de soluciones en la nube. La puerta de entrada perfecta. Si se produce un ataque de este tipo y afecta a datos críticos, es probable que el fuego se propague e infecte los recursos de la empresa. Un tipo de malware que últimamente ha llamado especialmente la atención es el ransomware. Su potencial de amenaza es enorme. Según la BSI (Oficina Federal Alemana de Seguridad de la Información), su capacidad de daño se multiplica cuando afecta a las redes de las empresas.
Correos electrónicos de suplantación de identidad del Volksbank y la Sparkasse
Reginheri digital
El objetivo del ransomware es cifrar los datos del usuario. Una vez completado este proceso, la víctima se enfrenta a la petición de un rescate. El número de empresas afectadas es escandalosamente alto. Sus procesos informáticos y empresariales se ven alterados. Además, los delincuentes suelen amenazar con revelar o vender los datos. Su objetivo son empresas de todo tipo y tamaño. Según el Cyber Readiness Report publicado por Hiscox en 2022, el 48% de las empresas alemanas pagan un rescate tras un ataque de este tipo. La cantidad extorsionada suele rondar las seis cifras en euros. Sin embargo, según la BSI, en algunos casos se han exigido sumas de ocho cifras.
Muchas víctimas se sorprenden al descubrir que los delincuentes siguen exigiendo dinero incluso después de haber pagado. Uno podría pensar que los delincuentes podrían haber surgido de un documental de historia medianamente emocionante. Esos escenarios recuerdan al año 845, cuando el líder vikingo Reginheri puso sitio a París. Carlos el Calvo, rey de Francia Occidental, decidió que la resistencia era inútil y pagó una suma de 7.000 libras de plata para que las tropas danesas se retiraran. Al igual que sus colegas del ciberespacio 1.200 años después, los nórdicos y las escuderas fueron incapaces de resistir la tentación de extorsionar más pagos. Así que continuaron sus ataques.
Puede que los delincuentes modernos no lleven barbas trenzadas ni hachas de guerra al hombro, pero sus exigencias son serias, incluso cuando ya se ha pagado el rescate. Se ceda o no a los intentos de extorsión, las consecuencias suelen ser graves para particulares, empresas e instituciones públicas. El quishing puede causar daños masivos: pérdida de datos y reputación, infracciones del GDPR o pérdidas financieras, por nombrar solo algunos.
¿Cómo puedo protegerme del quishing?
Puede que la pregunta no tenga el mismo potencial cinematográfico que los ataques vikingos, pero encierra el mismo suspense: ¿cómo protegerse del quishing?
"En caso de duda, no escanee ningún código QR": es una respuesta bastante obvia, pero no por ello menos válida. Sin embargo, los problemas suelen surgir en los casos en los que no parece haber dudas. Los ciberdelincuentes son expertos en explotar disposiciones y necesidades humanas profundamente arraigadas para manipular a las personas: la llamada ingeniería social. Sólo hace falta una pizca de ignorancia para completar el cóctel de la catástrofe. Esto es lo que hace tan difícil protegerse sin fallos. Aun así, hay algunas reglas sencillas que ayudan a minimizar el riesgo:
- Trate los códigos QR como si fueran enlaces. Ya se encuentren en carteles de campañas de guerrilla, en documentos o en correos electrónicos, los códigos QR son esencialmente enlaces y plantean los mismos riesgos.
- No introduzca datos confidenciales. Los proveedores de servicios reputados nunca te enviarán un correo electrónico pidiéndote que facilites credenciales de acceso confidenciales.
- Compruebe siempre la dirección de correo electrónico o la barra de direcciones del navegador si ya está accediendo a una página web dudosa.
- Compruebe cuidadosamente los correos electrónicos y el contenido de los sitios web. Las erratas divertidas ya no son un rasgo distintivo de la ciberdelincuencia. La mayoría de los textos están bien redactados. Aun así, la BSI menciona varias características que deberían despertar sospechas, aunque sólo se aplique una de ellas:
- Necesidad urgente de actuar
- Amenazas de graves consecuencias en caso de incumplimiento
- Solicitud de introducción de datos sensibles
- El correo electrónico contiene enlaces, códigos QR o formularios
- Solicitudes inusuales de una persona u organización conocida
- En caso de duda, vuelva a comprobarlo a través de un canal de comunicación oficial del proveedor de servicios en cuestión.
- No descargue ni abra nunca archivos adjuntos a correos electrónicos o sitios web a menos que esté absolutamente seguro de que son auténticos.
Utilice autenticación de dos o múltiples factores. Aunque los delincuentes consigan hacerse con tus datos, les seguirá faltando un factor adicional para iniciar sesión.
Al igual que las imágenes de pulmones de fumadores en los paquetes de cigarrillos, el alarmismo y las normas de conducta simplificadas sólo tienen un éxito moderado: suelen olvidarse a los pocos días. Esto significa que la seguridad de la información debe integrarse en la filosofía de la empresa. Por lo tanto, nuestro consejo más importante es llevar a cabo una formación continua de concienciación sobre seguridad y promover la concienciación en su empresa. Al fin y al cabo, la ignorancia de estos temas por parte de los empleados sigue siendo el mayor problema cuando se trata de los diversos riesgos relacionados con el tabnabbing u otros ciberataques. Descubra cómo nuestro Programa de Formación Cibernética para Empleados puede reforzar las defensas de su organización contra el tabnabbing y otras amenazas en línea.